Villa del Río y Montoro, dos localidades cordobesas vecinas han sido las dos raíces que han hecho brotar esta bonita historia de amor, entre Antonio Jesús y María Estrella y que culminan con su enlace matrimonial, resumen que os traigo a continuación.
Antonio Jesús nos estaba esperando en casa súper tranquilo, a la par que ilusionado. Le acompañaban sus padres.
Momentos antes de empezar a vestirse, comenzaron a llegar sus amigos. Antonio Jesús les tenía preparado un gran “bodegón pastelero”, en el que alguna que otra carcajada sonó cuando uno de ellos le “metió mano” a unas de las milhojas, y como para comérselas hay que ponerse los “bigotes blancos” … os podéis hacer a la idea. El día acababa de comenzar.
Antonio Jesús comenzó a vestirse, siendo ayudado en todo momento por sus amigos. Cada cual le ayudaba a colocarse algo: zapatos, tirantes, corbata, reloj…
El novio vestía chaqué, todo ello, junto a los complementos era de la marca cordobesa Silbon, el cual fue colocado por sus padres.
Ya casi concluido el ritual de engalanamiento, llegaron sus hermanas y hermano, junto a sobrinas y sobrinos, los cuales le dieron los últimos retoques.
Terminamos con Antonio Jesús y tomamos rumbo hacia la vecina localidad de Villa del Río, donde María Estrella estaba con su sesión de peluquería, llevada a cabo por Isabel Delgado Llorente.
Parecía que ambos se habían puesto de acuerdo, ya que posiblemente, sea de las bodas que tanto el novio y como la novia estaban totalmente tranquilos.
Con la ayuda de su madre y hermana, la novia comenzó a vestirse, un vestido de la marca Pronovias.
Ya vestida, comenzaron a llegar amigas y familiares, los cuales la acompañaron en sus últimos detalles, en un ambiente de alegría e ilusión, así lo reflejaba la constante sonrisa de María Estrella.
En su mano llevaba un magnífico ramo, que al igual que el resto de decoración floral, fue llevado a cabo por Bartolomé Moreno, de Floristería S. Bartolomé, de Montoro. De éste colgaba una pequeña medallita regalada por su mejor amiga y testigo, la cual nos la mostró con lágrimas en los ojos y decía así: “Siempre a tu lado, siempre juntas y por siempre amigas. Te quiero.” Con la frase y el gesto estaba claro el cariño que se profesan.
El reloj marcaba las 12 y 45 y la novia tomó rumbo hacia la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Villa del Río, donde se encontraba esperando el novio, que dejaba entrever los nervios y la emoción de lo que estaba por venir.
Con un pequeño séquito formado por sus sobrinos, que portaban anillos, arras, una pequeña réplica del ramo de novia, encabezado por un corazón de marquetería en el que se dejaba leer el texto: “Tito, última oportunidad para salir corriendo”, hizo la entrada la novia a la Iglesia. Es en ese mismo momento cuando la emoción de Antonio Jesús le hizo brotar de los ojos unas lagrimillas.
Amenizada la ceremonia por la musicalidad del piano blanco de Juan Adelfa, de Feelmusic pianista de bodas y eventos, tuvo momentos de risa y simpatía, así como de emoción.
Tras ésta, a la salida, le esperaba una gran lluvia de mariposas blancas y arroz, y con un sorbito de cava, los novios brindaron ante la expectación de todos los presentes.
Mientras los invitados se trasladaban hacia el lugar de la celebración, que tuvo lugar en el Salón de Celebraciones “La Caseta” de Montoro, tomamos rumbo hacia las inmediaciones de la ermita de la Virgen de la Estrella, patrona de Villa del Río, así como en el mirador del Imperio Romano de Montoro, donde volvieron a estar acompañados por su pandilla de amigos que hicieron de las suyas, manteando a los novios.
Ya en el salón de celebraciones, los novios junto al resto de invitados, disfrutaron de un gran almuerzo, donde hubo tiempo de reír, llorar, bailar… incluso tuvo lugar una pedida de mano, momento emotivo que, sin duda, nunca olvidarán los novios y mucho menos una de las hermanas de Antonio Jesús.
Momentos emotivos vividos cuando los novios hicieron entrega de unos regalos a los amigos, a sus padres y hermanas, así como la entrega del ramo de novia. Como otro muy especial, donde proyectaron un vídeo con recuerdos de su infancia, donde a varios de los invitados se les escaparon más de una lagrimilla… y dos... y tres.
Otro momentazo, súper simpático y divertidísimo fue el llevado a cabo por un familiar de María Estrella, que tuvo a bien regalarle, de manera improvisada, un monólogo, el cual hizo que toda “La Caseta” se convirtiera en un gran estruendo de carcajadas.
Antes del baile, la novia se retiró para ser perfilada por su maquilladora y amiga, Ana Simón, de Nitasbeautystudio.
Ya en el baile nos deleitaron con un popurrí elegido por ellos mismos y magistralmente ejecutado por DJ Aranda.
Con él fue el fin de fiesta.
A continuación, os dejo con el resumen fotográfico de este fantástico día.